En esta época del año son habituales las visitas de adolescentes a la consulta del podólogo porque presentan una lesión en la planta del pie denominada verruga plantar. Dicha lesión, suele ser molesta, circular y localizada en zonas de apoyo. Habitualmente los padres piensan que se debe a un cuerpo extraño o una rozadura pero, en la mayoría de los casos, se debe a una infección vírica. Dicha infección suele ocurrir en zonas húmedas con tránsito habitual de personas que deambulan descalzas (piscinas, colchonetas, tatamis, duchas…).
Ante la duda, la recomendación es acudir al podólogo, el cual solicitará al paciente una serie de datos que ayudarán al correcto diagnóstico. Datos como prácticas deportivas habituales, hábitos de alimentación e higiene a nivel general, enfermedades recientes (catarro, gripe, gastroenteritis,…), ayudarán a establecer la pauta de tratamiento adecuada para cada paciente.
Una vez establecido el diagnóstico, el podólogo procederá a tratar la verruga plantar, siempre ajustándose a la lesión y al estilo de vida del propio paciente. Es por ello que, en muchas ocasiones, no se aplica tratamiento solo a nivel del pie, sino que se adoptarán una serie de pautas como tratamiento por vía oral para mejorar el estado del sistema inmune del propio paciente o medidas higiénicas y cambios en la dieta. En función de la evolución y ante el posible retraso en la curación de la verruga plantar, se aplicarán cambios a lo largo del tratamiento.
Una vez resuelta la infección, se informará al paciente de las medidas preventivas que debe adoptar para evitar infecciones en un futuro. Entre dichas medidas, cabe destacar el uso de chanclas en piscinas, duchas,…, secar el pie de forma minuciosa, ingerir una dieta variada para mantener el sistema inmunológico alerta y ante cualquier sospecha de lesión, acudir al podólogo.