Con la llegada del buen tiempo, dejamos a un lado botas, calcetines, medias,… y nos disponemos a calzarnos un par de fresquitas sandalias. En lo que normalmente no reparamos es en recordar que, como todos los años, por estas fechas, vamos a sufrir las temidas ampollas y rozaduras. ¿Podemos evitarlas?.

A continuación, os vamos a dar una serie de consejos que os ayudarán a llevar mejor el cambio de calzado:

– No esperes a descubrir el pie para recordar que debes hidratarlo. Empieza a hacerlo ya, la piel será más elástica y resistente.

– Cambia al calzado descubierto de forma gradual. La piel debe acostumbrarse al roce directo con el calzado.

– Si compras zapato nuevo, hazlo a última hora de la tarde ya que los pies estarán dilatados.

– Recuerda que para mayor comodidad, el calzado debe quedar sujeto al pie.

– Acude al podólogo antes de iniciar el uso de calzado descubierto para revisar uñas y durezas.

Ante cualquier duda, acude a tu podólogo para que te aconseje sobre el calzado más adecuado para tu pie. Y recuerda que dependiendo de tu estilo de vida, será recomendable utilizar un tipo de calzado determinado.